El presidente electo tiene razón al creer que los esfuerzos de Trump para anular la voluntad del pueblo en las elecciones fracasarán. Al final, los tribunales rechazarán el caso en ruinas que los abogados de Trump están tratando de construir para evitar que Biden asuma el puesto que le corresponde.
Pero Biden se equivoca si cree que el asalto legal de Trump a su elección y a la democracia estadounidense es el principal problema que plantea el presidente saliente.
Es la segunda vía, la campaña de desinformación de Trump, donde Trump está teniendo éxito. Y esto es posiblemente más importante que sus desafíos legales y políticos a la votación.
Recuerde, Trump ganó más de 70 millones de votos. Las encuestas muestran que la mayoría de sus partidarios creen que las locas fabricaciones de fraude a gran escala inventadas en la imaginación del campo de Trump.
Esa cámara de resonancia de Trump es donde viven decenas de millones de estadounidenses, y recibirán a la presidencia de Biden como ilegítima. Ese mensaje, de paso, se está escuchando en todo el mundo, donde no todos están convencidos de que Trump mienta.
Permitir que las mentiras permanezcan sin respuesta, o no desafiarlas con más fuerza, dañará la capacidad de la presidencia entrante para funcionar eficazmente en el país y en el extranjero.
Afortunadamente, hay mucho que Biden puede hacer, si así lo desea. Hasta ahora no lo ha hecho.
Pero debería hacer más. Hoy, Biden tiene el segundo megáfono más grande del país (Trump, como presidente, todavía manda al más poderoso y conoce bien el poder de la constante repetición de mentiras).
Biden debería usar su megáfono, no para atacar a Trump sino para contrarrestar su mensaje. El mundo escucha las palabras de Biden. Sus declaraciones son noticia.
Biden no quiere entrar en la contienda legal, pero debería llamar la atención sobre lo que dicen los jueces sobre las afirmaciones de Trump. Puede señalar inconsistencias en las nociones absurdas que está dando vueltas por el equipo de Trump.
Biden, con su comportamiento tranquilo, debería asegurarle al público estadounidense que la elección fue limpia, destacando hechos clave que la mayoría de la gente no conoce, que muestran que Trump simplemente miente cuando dice, una y otra vez, que ganó.
El presidente electo está cometiendo un error al permitir que Trump use sus armas de desinformación para impulsar esta guerra de propaganda. Trump está dañando a Estados Unidos y su democracia, y está socavando la presidencia de Biden. Cada día que se le permite salirse con la suya, le dificulta a Biden montar una presidencia exitosa, una que pueda sacar al país de sus crisis actuales y comenzar a sanar las divisiones autodestructivas de la nación.